Se produce mediante un proceso de cocción y luego deshidratación. Los granos de quinua se cocinan en agua hasta que el almidón se gelatiniza, lo que significa que los gránulos de almidón absorben agua y se hinchan.
Después de la cocción, la quinua gelatinizada se seca y se muele en un polvo fino. Este proceso no solo mejora la digestibilidad sino que también facilita su disolución en líquidos.
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